Aunque parezca ilógico, el proceso es sencillo. Después comprenderé las razones por las cuales este proceso funciona. También comprenderé las razones por las cuales pocas personas lo logran.
- Entro muy profundamente dentro de mí y me pregunto qué es lo que quiero.
- Me permito imaginar cómo sería mi vida con eso completamente manifestado.
- Identifico dentro de esta creación cómo me siento con eso ya realizado en mi vida.
- Busco cualquier “excusa” para permitirme sentir esa emoción ya. La llevo a mi vida cotidiana.
- Acepto, suelto, dejo ir toda expectativa y así elimino las resistencias.
- Permito, entro en estado receptivo, me abro. Así, la energía de eso que quiero puede atravesar el colchón de la materialidad y manifestarse.
Pero a través de mi crecimiento he incorporado hábitos de pensamiento y sentimiento resistentes y rápidamente las creencias entran en acción y me señalan una y otra razones por las cuales esto no puede ser es así.
En efecto, ya escucho toda una discusión interna a favor y en contra del asunto.
Si quiero, puedo quedarme allí en esa asamblea de “dimes y diretes” o puedo avanzar por esta puerta que se me acaba de abrir.
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